La evaluación fonoaudiológica puede realizarse a partir de los 2 años en adelante hasta la adolescencia y va a depender de las necesidades comunicativas de cada paciente y de su familia.
La evaluación fonoaudiológica evalúa el habla (desde la producción o articulación de los sonidos, palabras y/o la fluidez o rapidez de esta), el lenguaje (vocabulario, formulación de oraciones, sonidos presentes o ausentes y la adecuación al contexto comunicativo), así como la motricidad orofacial que incluye funciones como la respiración, succión, deglución, masticación, fonación y articulación.
Una evaluación oportuna y adecuada permite determinar las fortalezas y debilidades del paciente, de esta forma crear un plan terapéutico efectivo y en acuerdo con la familia. La frecuencia de las sesiones dependerá del diagnóstico y de las necesidades de cada persona.
Un adecuado desempeño del lenguaje, es necesario para el desarrollo social del individuo, permite una relación efectiva con sus pares y entorno cercano. Permitirá también el desarrollo de la lecto escritura, comprensión lectora, y por ende, determinará en conjunto con otras habilidades cognitivas el éxito escolar del individuo.